12 Jul Una de arena…
arena de playa. Entre Boiçucanga, Ilhabela y Ubatuba, los miedos van quedando atrás. Sólo regresan tímidamente en forma de curva cerrada cerca de algún barrio más pobre. Es alguien andando por el arcén en medio de una zona deshabitada. Imagino un gesto brusco, un asalto.. pero no, nunca pasa nada. Bueno, sí, sí pasan cosas. Pasan gentes extraordinarias y acogedoras. Pasan guitarras y ritmos nuevos. Pasan olas y playas vírgenes. Pasan cachoeiras (cascadas), serpientes en mitad del camino y macacos en libertad. Una buena bofetada a tanto asfalto. Justo lo que necesitaba.
El gran viaje sigue sin empezar a pesar de que ya ha transcurrido casi un mes. Me siento aún mirando por la ventanilla del avión. Miento, a veces bajo las escaleras y me siento en una playa o cocino para mis anfitriones. Cada día bajo un ratito más que el anterior. Ya queda poco…
Entre bajada y bajada ya ha nacido la primera canción de la Brasilada, y hemos traducido con el amigo Niva una de la Marruecada al portugués. Es pronto, pero presiento que este camino será muy largo. ¿Quien no está dispuesto a alargar la felicidad?
Ayer llovió
pero pensé en Cuni Massa, una de esas personas que te enseñan que hay que arrancarle cosas bonitas a los días feos. Así que saqué mi camara al jardín…
😉
Practicanding!
jofegaber
Posted at 09:55h, 12 julioMe ha gustado mucho tu pregunta “¿Quien no está dispuesto a alargar la felicidad?”…
Sigue con tu paso firme, y lento. Un abrazo.
admin
Posted at 11:03h, 12 juliothnks Jofe.. de momento sigue siendo una excepción… no se que pasará cuando sea la regla… a ver si lo consigo. Esto pinta mu bien… 😉
meus melhores desejos para voçe