Posted at 14:30h
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Hace unos días, salí desde Playa Blanca, en lago Caburga, cerca de Pucón, dispuesto a cruzar el parque nacional de Villarrica por su vertiente este.
Una ruta durísima, pero con grandes recompensas. Paisaje, vida salvaje y por ejemplo, una larga bajada en mitad del bosque de casi 20 kilómetros, que fue un postre delicioso.
De primero, claro, esperaba una exigente jornada de subida, con un tramo final de dos kilómetros empujando la bicicleta a pie que me dejó planchadito.
Pero la guinda del...