30 Jun Una de cal…
He puesto el ciclista automático. Las largas rectas me sumergen en una especie de vigilia de pensamientos sincopados. Son las 8 de la mañana y ya llevo sin darme cuenta 25 kilómetros de costa. El paisaje es totalmente nuevo para mi, selvático, exuberante, desconocido, paranoico. No hay nadie, ni siquiera ruidos. La bicicleta es sumamente silenciosa. A veces pienso que demasiado, agradecería un poco mas de compañía, pero se que lo agradeceré. Pese a la carga, va como la seda. Un...