
21 Abr Guay y Paraguay
Es el primer bus de la mañana. Somos pocos los visitantes pero entre mi espíritu solitario, de contradicción, y que esta el entorno okupado por los mosntruosos escenarios de los x-games que se celebran esos días en Foz, decido quedarme en el bus y bajar en la siguiente parada, en el teórico final del recorrido a pie.
De ese modo pretendo adelantar y encontrarme solo, de repente, cara a cara con la Garganta del Diablo, sin verla venir mientras ando por el camino, sin turistas haciendo o pidiendo fotos. Y así sucede.
El día no puede ser mas espectacular y como ya me ocurrió en el Perito Moreno o en Torres del Paine, la suerte del nomada me sonríe y me brinda un cielo azul despejado que hace vibrar colores y vida por todas partes.
Ahí están, una de las maravillas del planeta. Las cataratas del Iguazú.
No daré datos ni adjetivos, solo adjunto alguna bonita foto con el ipad que no hace justicia y os exijo/recomiendo que que las visitéis alguna vez en vuestra vida. 😉
La felicidad de ese mañana, empata con la de volver a pedalear con Ona por la tarde y cruzar la frontera entre Brasil y Paraguay, entrando en el caos, lo desconocido y la aventura.
Caminos de tierra roja, ahí vamos!
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